Por J Omar Tejeiro
Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Isaías 53
Alguien dijo que El éxito es costoso y el precio de la ignorancia es elevado y tiene razón. Salvarnos le costó a Dios su propio Hijo y al Hijo de Dios le costó su propia vida, pero lo hizo.
Toda persona tiene la capacidad de elegir lo que quiere, Dios nos hizo con esa habilidad humana. ¿Pero cuáles son las razones que, casi siempre, escogemos el camino equivocado?
Mencionaré las cuatro principales:
· La duda
· La Ignorancia
· El Orgullo
· La Sensibilidad al Rechazo
La Duda
La Duda tiene el poder maligno de apagar la voz de Dios, de neutralizar las maravillosas promesas del Creador y de confundirnos en un mar de pensamientos y emociones que nos desestabilizan. Cuando dudamos es algo similar a quedarnos en medio del mar embravecido expuestos a una tormenta segura. Iremos de un lado a otro, gritaremos desesperados, lanzaremos cosas útiles de nuestra barca, como les ocurrió a los discípulos, quienes pensaron que perecerían. La duda nos debilita y nos deja a merced de nuestros enemigos, totalmente desarmados, llenos de incertidumbre y de impotencia, nos sentimos igual que los israelitas frente a Goliat, antes de que apareciera David.
La Ignorancia
La ignorancia o la falta de conocimiento es la segunda razón por la cual el éxito nos parece tan difícil y no es que haya personas ignorantes, sino personas carentes del conocimiento necesario para desempeñarse correctamente en la vida. Muchas personas no quieren sencillamente aprender por pereza, por falta de interés, por falta de propósitos en su existencia. A menudo estos individuos son recostados, alguien les ha tolerado ese comportamiento negligente que les ha impedido madurar y adquirir el conocimiento adecuado para desarrollarse y crecer. Otros seres humanos han carecido de la oportunidad, con que muchos otros han sido bendecidos, su extrema pobreza, su entorno socio cultural, una interpretación equivocada en sus valores o cualquier otra circunstancia se las ha negado; con todo si están dispuestos a aprender es posible que alcancen el éxito deseado.
El Orgullo
También dije que el orgullo nos hace morder el feo polvo de la derrota. Debido a que el orgullo nos encapsula en una burbuja de apariencia, ostentación, vanidad y arrogancia extrema, el orgulloso muestra una imagen falsa de su persona. Este individuo nunca reconoce su necesidad interna de crecer porque el ya es grande, menos de aprender porque ya lo sabe todo. No sabe escuchar, no confía en los demás, solo en sí mismo, depende de sus propias fuerzas y habilidades y aunque sea notable y emprendedor, internamente sabe que el éxito esta más allá y aun no lo ha alcanzado. Solo los humildes tocaran el éxito y conocerán el cielo. Son las personas humildes las que preguntan cómo se hacen las cosas, están dispuestas a caminar al lado de aquellos que ya son exitosos para aprender de ellos, los humildes oyen y siguen las instrucciones y respetan los códigos del éxito porque desean dar en el blanco.
La Sensibilidad al Rechazo
La ultima razón que nos niega el camino al éxito, es la sensibilidad al rechazo. Nadie sufrió más desprecio y rechazo que Jesús el Hijo de Dios. El fue despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, se burlaron de sus palabras y de su apariencia, se mofaron del origen de su nacimiento, por haber nacido en el pueblito de Belén, una zona de estrato cero, porque era carpintero, porque no sabían quien era su verdadero Padre. Lo acusaron de instigador, de falso, de blasfemo, de hijo de fornicación. Lo llamaron endemoniado y lo trataron como al peor criminal siendo la persona más inocente y el ser más perfecto que pisó nuestra tierra.
Lo rechazaron y lo despreciaron millones de personas y aun son miles de millones que lo desprecian, sin embargo a Jesús nunca lo afecto el rechazo, por eso tuvo éxito en su misión y hoy millones también lo adoramos. Si usted desea alcanzar el éxito no puede ser sensible al rechazo, al desprecio y a las burlas. Me imagino que a usted nunca lo han rechazado millones de personas a la vez, como lo hemos hecho con Jesús.
Si usted atiende a las críticas, a las burlas, a los comentarios y a las opiniones de los demás nunca tomará el ascenso al éxito. Mira la montaña frente a ti, en ella hay rocas gigantescas, que cierran tu paso. Hay árboles gigantescos, animales peligrosos y con veneno mortal, tú estas junto a la muchedumbre que te dice cosas halagadoras y a la vez te critica, son gente conformista, perezosa, sin visión de la vida, ellos te gritan ahora que no subas a la montaña, que es peligroso, te puedes perder o corres el riesgo de morir, pero tú quieres alcanzar la cima. Adelante que Jehová estará contigo dondequiera que tú vayas, no temas, sea valiente, la victoria te espera.
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