domingo, 26 de septiembre de 2010

Las Huestes Espirituales de Maldad

Este es un extracto del Programa  Radial El Poder de La Fe, predicado por J Omar Tejeiro R, acerca del espiritualismo. Segunda Parte.

El mismo mundo en que vivimos nos enseña la diferencia entre lo malo y lo bueno; el castigo y el galardón; lo santo y lo depravado; las leyes naturales y las leyes espirituales. Todo hombre es consciente de estas verdades y no la puede evitar aunque quisiera.   Romanos 1:20 dice que Dios se manifiesta  ¨ por medio de las cosas hechas  ¨  Gálatas 6:7 dice ¨ lo que el hombre sembrare, eso también segará ¨. Quiere decir este último que aquí en este mundo se decide de una vez el futuro destino de su alma. Si el hombre está con Dios aquí ahora, vivirá eternamente con él en un paraíso preparado para los transformados de lo terrestre a lo espiritual. 

En los 3500 años de las enseñanzas del espiritualismo ¨ los espíritus de los muertos ¨ no han dicho nada que altere nuestro conocimiento del más allá. Cristo es el único que ha descorrido el velo. Jesús en Juan 8:14 dice ¨ -   sé de donde he venido y a  donde voy ¨. De una vez declaró la enseñanza de que algunos, sus enemigos, no podrían ir donde él, porque sería un lugar preparado para los suyos y seguidores de él.
Jesús dice en Juan 8:21 ¨   a  donde yo voy, vosotros no podéis venir ¨ a sus seguidores dijo según Juan 14:3, ¨  os tomaré a mi mismo para que donde yo estoy vosotros también estéis ¨.
San Pablo es otro que ha entrado en el tercer cielo y volvió para contárnoslo. Dice en 2 corintios 12:4 ¨ que fue arrebatado al tercer cielo donde oyó palabras inefables ¨ y volvió a contarlo a los convertidos bajo su ministerio.


El principal de los postulados del espiritualismo enseña que hay médiums parlantes o escribientes que tiene la potestad de comunicarse con los espíritus de los muertos, los evangélicos niegan que los médium  tengan a su disposición, los  espíritus de los muertos, llevándolos y trayendo a su antojo y  haciéndoles decir lo que les convenga. Un investigador sincero, que durante 25 años entrevistó caso 1500 médium, no encontró uno que no fuera farsante ó timador o víctima de psicosis. según 2 tesalonicenses 2:9-12 el espíritu del anticristo viene ¨ con   gran poder y señales y prodigios mentirosos y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden ¨ se  perderán en un mundo de eterna separación de la presencia de Dios porque ¨ no creyeron a la verdad sino se complacieron en la injusticia. ¨ 

Las llamadas ¨ revelaciones ¨ de los espiritualistas nunca salen del radio de acción de lo humano. Hay aparentes fenómenos entre ellos, pero se debe al poco conocimiento que se tiene de los  poderes ocultos de la parte subconsciente  del individuo. Además se ha podido producir cualquier ¨ fenómeno ¨ psíquico haciendo uso de medios mecánicos.
Pero hay espíritus inmundos que nos rodean que son seres espirituales ¨ gobernadores de las tinieblas, ---, huestes espirituales de maldad en las regiones celestes ¨ escribe Pablo en Efesios 6:12. Es solo el poder y la intervención de Dios que pueda controlar, arrestar y dominar estos espíritus porque son de una creación superior a la nuestra, la humana.  Cualquiera persona, que tiene capacidad de comprender los espíritus  que se han manifestados en hombres dirigidos por estos seres invisibles diabólicos, también tendrá la capacidad para entender que esos espíritus no han sido benévolos,       justos honestos, puros, ni virtuosos. Filipenses 4:8 es una demostración de que el mundo sin la intervención del verdadero Dios en los asuntos de los hombres, no tiene la capacidad de mejorarse sino en campos científicos, materiales y físicos.
El hombre no puede dominarse porque  hay un poder diabólico más grande que el suyo. En el día de hoy, el hombre está al borde otra vez de la extinción de la raza. Hay ¨ huestes espirituales de maldad ¨ que están invadiendo las mentes de muchos líderes del mundo hoy, y hay masas de gente controlada también por ellas que obedecen a sus amos diabólicos.  San Pablo en romanos 1:28-32 escribe, ¨ como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios les entrego a una mente reprobada ¨ con una larga lista de los hechos depravados de estos, san pablo dice, que estos hombres son dignos de muerte ( física y espiritual ) porque ¨ no solo los hacen sino que también se complacen con los que los practican ¨ ya  es su naturaleza y es lógico que ellos viven exteriormente lo que tienen en su interior  dominando por espíritus de rebeldía contra Dios, como depravación, mentira y engaño.  San Pablo escribe en 2 corintios 4:4,  ¨ el Dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos para que no resplandecieran la luz del evangelio de la gloria de Cristo.  

Estimado lector si usted ha caído en estas prácticas ocultistas y engañosas, seguramente que ha perdido la paz interior y muchas cosas extrañas le acontecen, en su cuerpo, en su mente y en su espíritu. Acérquese a Jesús de Nazareth, quien murió por usted y por mí en una cruz para salvarnos, dígale que perdone sus pecados y los lave con el poder de su sangre preciosa. Hágalo desde este momento el Señor y el dueño de su vida y reciba libertad espiritual, mental y física. 

Sino sabe cómo orar copie y haga esta sencilla oración: 

Padre Celestial, me acerco a ti en este instante para pedir tu socorro y tu perdón por mis pecados. Reconozco todos mis errores cometidos contra ti. Lava mi alma, mi espíritu y todo mi ser con el poder de tu sangre poderosa derramada en el calvario por mis pecados. Libértame de todo espíritu engañoso y malo y ayúdame a servirte siempre. Entra Señor Jesús a mi corazón y lléname del poder de tu Santo Espíritu, Amén.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Supere el Fracaso

 Por J Omar Tejeiro Ramirez

El término fracaso hace referencia a la frustración (cuando se malogra una pretensión o un proyecto) y al resultado adverso en un algún proyecto o propósito. Un fracaso es, por lo tanto, un suceso lastimoso, inopinado y funesto. Por otra parte, el concepto permite nombrar a la caída o ruina de algo con estrépito y rompimiento.
En la sociedad actual, el estimulo permanente de la competitividad genera que el fracaso sea visto como un estigma. Los “ganadores” son encumbrados e idolatrados, mientras que los “perdedores” son mal vistos y obligados a pagar por sus fracasos. Los fracasos perjudican la capacidad de reacción y afectan al bienestar personal.
El rechazo social al fracaso promueve un mecanismo defensivo en la gente, que la lleva a no reconocer los fallos y las limitaciones personales. El hecho de cometer errores y no responsabilizarse por ellos constituye una incapacidad humana. Hay que tener en cuenta que los especialistas consideran al fracaso como un paso ineludible y valioso para poder avanzar en la vida. Los errores y el fracaso permiten el aprendizaje.
Tarde o temprano todo ser humano experimentará en mayor o en menor grado el fracaso y debido a que interiormente hemos sido preparados para el éxito, el fracaso puede producirnos una crisis total, afectando muchas veces nuestra salud física, emocional y espiritual. Nuestra reacción al fracaso inicia casi siempre, con un sentimiento de culpa y de impotencia muy grandes. Inconscientemente nos convertimos en jueces severos y crueles verdugos de nosotros mismos. No nos perdonamos haber fallado o fracasado, haber sido tan confiados con aquellos que nos hicieron daño y prometemos con el corazón adolorido, que nunca más volveremos a confiar en alguien.
El fracaso es devastador para toda persona sobre todo por la sensación humillante, sorprendente y contradictoria para nuestro ser interior que no acepta, ni asimila tal experiencia o condición. Una actitud que prolonga el sufrimiento es culpar también a los demás de lo que nos pasa. Los culpamos de habernos fallado, de traidores, de impedirnos progresar, de haber matado nuestros sueños e ilusiones, etc. Lo peor de todo en esta situación es culpar a Dios mismo de nuestra desgracia. Vemos a Dios como un ser cruel, duro, sin misericordia, que nunca nos oyó en nuestras oraciones. Que no estuvo a nuestro lado cuando más lo necesitamos.
De esta experiencia pasamos al resentimiento, a la frustración, a la ira sin control y a la amargura. Perdemos la paz, la alegría, la dulzura, dejamos de actuar por amor y nos hacemos desconfiados y casi paranoicos. Dejamos poco a poco de ser felices y nos sumimos en la crítica, la murmuración y en un odio solapado que no nos deja perdonar, ni pedir perdón. Tal cosa nos impide cerrar ese capítulo doloroso y mantiene abiertas las heridas y la contienda puede ser elevada a situaciones extremas y al punto de la mutua agresión. 

Es aquí donde toda persona debe decidir, si se lanza al abismo o se detiene. Si perdona o se muere con su rabia y su odio. Debe decidir determinante si busca a Dios quien le ama a pesar de todo, o si le da la espalda al único que tiene el poder de sacarlo de tal condición.
Jesucristo, el Hijo de Dios vino al mundo para que todo aquel que en el crea, no se pierda. Jesucristo puede ayudarte a encontrar el perdón de tus pecados, puede darte la paz interior que necesitas y puede reconciliarte con Dios y tus enemigos. Deja de culparte tu mismo, porque el remordimiento no te ayudara. Confiésele a Dios tus pecados y errores y el te dará el perdón que necesitas. Jesucristo nos ha abierto sus brazos sangrantes para recibirnos, acudamos a Él, que es poderoso para socorrernos.
Cuentan que un muy buen hombre vivía en el campo pero tenía problemas físicos, cuando un día se le apareció Jesús y le dijo: "Necesito que vayas hacia aquella gran roca de la montaña, y te pido que la empujes día y noche durante un año". El hombre quedó perplejo cuando escuchó esas palabras, pero obedeció y se dirigió hacia la enorme roca de varias toneladas que Jesús le mostró. Empezó a empujarla con todas sus fuerzas, día tras día, pero no conseguía moverla ni un milímetro. A las pocas semanas llegó el diablo y le puso pensamientos en su mente:  "¿Por qué sigues obedeciendo a Jesús? Yo no seguiría a alguien que me  haga trabajar tanto y sin sentido. Debes alejarte, ya que es estúpido que sigas empujando esa roca, nunca la vas a mover".

El hombre trataba de pedirle a Jesús que le ayudara para no dudar de su voluntad, y aunque no entendía se mantuvo en pié con su decisión de empujar. Con los meses, desde que se ponía el sol hasta que se ocultaba aquel hombre empujaba la enorme roca sin poder moverla, mientras tanto su cuerpo se fortalecía, sus brazos y piernas se hicieron fuertes por el esfuerzo de todos los días. Cuando se cumplió el tiempo el hombre elevó una oración a Jesús y le dijo: "Ya he hecho lo que me pediste, pero he fracasado, no pude mover la piedra ni un centímetro". Y se sentó a llorar amargamente pensando en su muy evidente fracaso.  Jesús apareció en ese momento y le dijo: "¿Por qué lloras? ¿Acaso no te pedí  que empujaras la roca? Yo nunca te pedí que la movieras, en cambio mírate ,  tu problema físico ha desaparecido. NO has fracasado, yo he conseguido mi meta, y tú fuiste parte de mi plan".

Muchas veces al igual que este hombre, vemos como ilógicas las situaciones, problemas y adversidades de la vida, y empezamos a buscarle lógica, nuestra lógica, a la voluntad de Dios y viene el enemigo y nos dice que no servimos, que somos inútiles o que no podemos seguir. El día de hoy es un llamado a "empujar" sin importar qué tantos pensamientos de duda ponga el enemigo en
nuestras mentes, pongamos todo en las manos de Jesús, y Él por medio de su voluntad nunca nos hará perder el tiempo, mas bien, nos hará ser más fuertes!
Recupera en el nombre de Jesús de Nazaret el poder de amar, la capacidad de perdonar y de pedir perdón, rescata la sonrisa perdida, olvida el pasado doloroso y triste, nunca más mire hacia atrás, Jesucristo te ayudara a ser feliz aquí en la tierra mientras viva y en la eternidad. Con Jesucristo, podrás ver que el fracaso es solo una prueba de fe, una oportunidad de Dios en favor de tu vida. Perdiste solo una batalla pero no la guerra. Levántate como un soldado valiente que aun estando herido, quiere seguir luchando por su país. No permitas que el diablo te destruya, escapa por tu vida, Jesucristo vino por ti al rescate, aférrate a su mano poderosa, recíbelo ahora en tu corazón.
Oración
Padre Nuestro que estás en el cielo santificado sea tu nombre, ven a mí con tu misericordia y tu perdón. Dame valor para sobreponerme al fracaso y al miedo. Perdona ahora mis ofensas y ayúdame a perdonar a todos los que me han ofendido. Te recibo Jesús en mi corazón como mi Señor y mi salvador. Santifícame con tu sangre derramada sobre la cruz por mis pecados, borra mis maldades y fracasos y hazme una persona feliz, sirviéndote para siempre, amén.

viernes, 24 de septiembre de 2010

De No Hacer Nada

J Omar Tejeiro R.

De no hacer nada la gente se muere de ocio,
De no tener fe los consume el desaliento
De no tener amor llenan el corazón de odio
Pierden la esperanza,  luchan en vano contra el viento.













De no perdonar el alma lleva dolor y amargura
Quiere reír y no puede, quiere soñar pero llora
De no olvidar el pasado sufre de insomnio y tortura
No puede ver el mañana, maldice al cielo y no ora.

De no hacer nada nos hace mal la indiferencia,
Va marcando veloz contra nosotros el reloj del tiempo,
Nos alejamos de todos,  les pagamos con ausencia

No ayudamos al mundo, dejamos nuestra esencia.
De no hacer nada fuimos la ola que arrastró el viento
Quisimos ir pero no fuimos de pura negligencia.

martes, 21 de septiembre de 2010

A Todos Ustedes Mis Amigos

 J Omar Tejeiro R

A los que me recuerdan que soy de carne y hueso y me hacen sonreír cuando la vida me parece triste, monótona y gris. A los que me critican de frente y me dicen las cosas sin tanta vuelta o con una sonrisa picaresca. A esos que se ausentan de repente y desaparecen dejándome espacios y haciendo silencio para no ser molestos, pero que luego están junto a mí cuando los necesito, dándome un pañuelo o poniendo sus hombros para llorar en ellos. A los que siempre encuentro cuando más los necesito. 



A los preocupados por nosotros. A los solidarios. A los que siempre nos escriben o nos mandan una sonrisa o un zumbido de afecto en el chat. A los Facebookceros que nos mandan toques de amistad o que nos leen por que gustan de nuestra objetividad. A los que se acuerdan que servimos a Dios y nos llevan en sus oraciones y en sus corazones. A los que nos dan su apoyo moral, espiritual y económico para impulsarnos y acompañarnos en este caminar y servicio a Dios. 

A mis compañeros de viaje, a los que me plantan en los terminales y nunca llegan o aparecen muertos de risa dos horas después, a los que me reciben en los aeropuertos, a los que viajan conmigo por las carreteras del mundo llevando el mensaje, a los que me preparan un buen café mientras celebramos la amistad. A los que no saben preparar un arroz. A las que no saben ni tibiar un huevo. A las que me preguntan cuál es mi plato favorito y me consienten, a los que me soportan cuando soy insoportable. 

A los amigos y amigas, hermanos y hermanas que llenan nuestras vidas. A los cascarrabias, a los molestosos, a las gruñonas, a los pela dientes, a los roncones, a los exagerados, a los que no les gusta perder cuando juegan conmigo, a los presumidos que nunca ganan. A los que gritan como si fueran sordos y hablan solos cuando nadie los escucha. A los que nos cansan si estamos gordos y nos molestan si adelgazamos. A todos ustedes que nos regalan tanto y nos hacen sentir personas útiles, dedico estas palabras: Gracias por su amor y amistad, un abrazo para todos y celebremos este tiempo de la mejor forma, en el Señor.

martes, 14 de septiembre de 2010

Rico y Feliz

 Por J Omar Tejeiro R.

Jericó era la ciudad de los palacios, de los teatros y de los hipódromos. Había sido embellecida por Herodes El Grande, el cual la levantó dos kilómetros más al SE de las famosas colinas Telles Sultán. Estaba adornada de hermosos parques e irrigada  a través de preciosos acueductos que llevaban el agua a toda su población.
Rodeada de una llanura, Jericó era conocida por sus palmeras de dátiles, sus productos de miel, aceite y especias aromáticas. En invierno, la ciudad tenía uno de los climas más agradables de toda esa zona oriental, por ello Herodes eligió éste valle para su residencia invernal. Aquí en esta ciudad vivía Zaqueo.

 Zaqueo era un hombre rico, jefe de una gran oficina de recaudación en el centro comercial de Jericó; trabajaba para el imperio romano y se había hecho rico gracias a sus paisanos judíos, a quienes exprimía recaudándoles impuestos y sanciones que manejaba a su entera libertad. Por ser un servidor de los romanos y por saber aprovechar su posición para enriquecerse, Zaqueo era un hombre odiado por todos los judíos de Jericó. En voz baja él era un ladrón con licencia para robar. Sus vecinos y el barrio donde vivía maldecían en secreto a éste rico cada vez que él pasaba frente a ellos.

Toda su vida estaba llena de abundancia pero también de aborrecimiento y de menosprecio. Como hombre rico Zaqueo conocía el gustoso placer de tenerlo todo, de comprar todo lo que quería; hasta que un día empezó a darse cuenta que habían cosas  imposibles de adquirirlas con dinero; podía comprar alegría y momentos gratos, pero no podía comprar la felicidad verdadera.
Descubrió que era capaz de comprar el placer, pero no el amor de su gente, ni el de Dios. En su casa llena de mullidos lechos, él encontraba el sueño, pero no el descanso y el reposo para su alma. Hasta que cierto día un inmenso bullicio y tumulto le llamó la atención. ¿Qué era lo que ocurría  ahora? Entonces alguien gritó: __ !Es Jesús que ahí viene¡ ¿Jesús? __ Sí, acaba de sanar a un ciego,  __ ¿Quién es Jesús? Mientras muchos gritaban y alababan a Dios y otros corrían llenos de una gran curiosidad, Zaqueo decidió conocer de vista a  Jesús. Leamos el relato Bíblico:

Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad.  Y he aquí, un hombre llamado Zaqueo, que era un principal de los publicanos y era rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, porque era pequeño de estatura. Entonces corrió delante y subió a un árbol sicómoro para verle, pues había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, alzando la vista le vio y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende; porque hoy es necesario que me quede en tu casa. Entonces él descendió aprisa y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban diciendo que había entrado a alojarse en la casa de un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19: 1- 10

Zaqueo era un hombre rico pero con alma pobre, era un hombre de manos llenas pero de corazón vacío, era espiritualmente como un Lázaro hambriento, como una samaritana sedienta; fue su hambre y su sed, su pobreza y su miseria interior que lo impulsaron a subir a ese Sicómoro bendito, a ese madero notable, para ver a Jesús. Pero no sólo él vio a Jesús, el Señor lo vio a él y como escribiese algún poeta: 


Yo no te ví, Jesús, tú me miraste
y al verme en mi dolor y ciego,
Tu mano extendiste y con tu fuego
La ceguera de mi espíritu sanaste.

Los ojos puros y santos de Cristo, vieron a aquel pobre rico, y él que lo conoce todo conoció su hambre y palpó la sed de su alma odiada y entonces le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende; porque hoy es necesario que me quede en tu casa. Y Zaqueo no sólo abrió su casa a Dios, abrió su corazón de ladrón, de estafador y avaro. Confesó su ambición, y arrepentido dio la mitad de su fortuna a la gente pobre y todas sus defraudaciones las devolvió cuadruplicadas. Ahora Zaqueo era un rico feliz.

¿Es usted un rico pobre, igual que Zaqueo? Permítame invitarle a reflexionar en esta verdad salida de los labios de Cristo: Las tierras de un hombre rico habían producido mucho. Y él razonaba dentro de sí, diciendo: "¿Qué haré? Porque ya no tengo dónde juntar mis productos." Entonces dijo: "¡Esto haré! Derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes. Allí juntaré todo mi grano y mis bienes, y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes almacenados para muchos años. Descansa, come, bebe, alégrate."  Pero Dios le dijo:"¡Necio! Esta noche vienen a pedir tu alma; y lo que has provisto, ¿Para quién será?" Así es el que hace tesoro para sí y no es rico para con Dios. Lucas 12: 16- 21.

Ven a Dios con toda tu pobreza de hombre rico, confiésale a Él tus ambiciones y ventajas, pídele perdón; ven a su madero, sube hasta el sicómoro sangrante; ven arrepentido hoy por que Él quiere posar no sólo en tu casa sino también en tu corazón. Apocalipsis 3: 20. Él puede hacer de ti un rico feliz. La siguiente oración puede ayudarte a venir a Cristo:

Dios mío, dador de toda buena dádiva, vengo hoy a ti tal como soy de pecador. Con mi corazón lleno de ambiciones y pobreza espiritual, reconociendo que el dinero y las posesiones materiales que tengo no pueden salvar mi alma, ni librar mi vida de la perdición eterna. Vengo a ofrecerte todos mis logros y mis éxitos; te suplico que en este instante me perdones por todo acto ventajoso e injusto hacia mis familiares y hacia mi prójimo, perdóname por haber codiciado los bienes ajenos, por haber creído que son las cosas materiales las que nos hacen felices. Perdóname Señor, por haber traído dolor y rabia al corazón de mi familia, a causa de mi vida mundana y materialista, por ganar las cosas materiales he vivido perdiendo y menospreciando el amor que ellos me han querido dar, te abro ahora mi corazón te pido que tu sangre me lave de toda maldad y pecado notable y oculto. Quiero ser desde hoy, aquel Zaqueo que has venido a visitar el cual has hallado, y en el cual estoy representado; te lo pido en el nombre de Jesús, y por el poder de tu Espíritu Santo, Amén.

domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Ojos con Vigas, Higos con Espinos?

Por J Omar Tejeiro

No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Lucas 6:27- 49.


Es fácil y muy tentador, mirar solamente hacia fuera, hacia los demás. Hacia aquellos que también viven mirando hacia nosotros y que no saben que nosotros los estamos viendo, mientras ellos también nos observan. Y qué triste que estamos buscando en las personas siempre, siempre, sus defectos y nunca sus virtudes para aprender de ellos y acercarnos al sitio de su lado bueno. Hemos aprendido a ser jueces crueles de nuestros hermanos y seres amados, excusados en las verdades de unas leyes que no guardamos y en las cuales nos amparamos como fariseos, para calmar la voz de nuestras propias conciencias. Nos hemos hecho críticos y criticones, de tal manera que sin quererlo, hemos caído muchas veces en las murmuraciones, en las detracciones, en los chismes y hasta en las calumnias.
La mayoría de las veces somos ligeros para juzgar y condenar y muy tardos para perdonar olvidándonos, que con la misma medida con que medimos, nos volverán a medir. ¿Qué capacidad de juicio tiene un ciego? ¿Cómo puede un ciego decirle a otro ciego donde caminar? ¿Puede un ciego guiar a otro ciego? Cuando Jesús escribió esto sencillamente quiso decirnos que si nos hacemos jueces en realidad terminaremos ciegos y añadió que tanto el que juzga, como el juzgado... ¿No caerán ambos en el hoyo?

Cada vez que nos hacemos maestros, a nosotros mismos, nos sentiremos con una falsa autoridad, para juzgar, a los demás, porque consideramos que ya somos maestros, cuando en realidad ni discípulos del Señor somos, pues tenemos un solo Maestro y un solo Señor y el discípulo no es superior a su maestro, más todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro. Mirar la paja en el ojo ajeno, puede volvernos ciegos, e impedirnos ver hacia adentro de nosotros mismos... peor que todo esto es terminar convertidos en Caínes modernos, hombres de garrote, seres asesinos que también tomamos piedras y palos en contra de nuestros propios hermanos y decidimos que ellos tienen que morir, pues nuestro criterio carnal y nuestra ceguera espiritual no ve otra alternativa. Abel debe morir.

Es triste cuando la ceguera cubre los ojos, por que perdemos el sentido de la orientación y porque la luz se torna en tinieblas y el amor se vuelve odio. Y el perdón es reemplazado por la condenación y la absolución cambiada por la muerte. Con dolor les digo que viví mucho tiempo oyendo que el amor es debilidad y lo que en realidad siempre vi fue un autoritarismo degenerado en crueldad. Pablo dijo que el amaba a la iglesia y la trataba como una nodriza tierna trata al bebé que protege y cuida. Jesús mantuvo una relación de amor y amistad muy intima con sus discípulos, a quienes les llamaba usando en confianza, sobrenombres. Se dice que Juan se recostaba en ocasiones sobre el pecho de Jesús. Leemos que Jesús permitió que una mujer de mala reputación llorara a sus pies y los besara y enjugara con sus cabellos. Hallamos también al Señor sanando a Malco, poniéndole la oreja en su lugar, después que el hermano Pedro, un ministro de Dios, se la había quitado de un tajo, defendiendo carnalmente a su Maestro.

Juan, el discípulo amado escribió cosas que los corazones crueles y homicidas no quieren oír: El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. Y en esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El Soplo de Vida

 Por J Omar Tejeiro

Profeticé,  pues,  como me fue mandado;  y hubo un ruido mientras yo profetizaba. Ezequiel 37:7


Fue un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados, en el día de pentecostés, lo que transformó y trastornó la ciudad de Jerusalén. La Biblia dice que sucedió de repente un estruendo y Dios descendió sobre aquellos ciento veinte discípulos, que obedientes esperaron el cumplimiento de la promesa. 

 Este fue el soplo de vida sobre los primeros discípulos y fue el comienzo de lo que hoy llamamos pentecostalismo. Un término chocante a las mentes inteligentes y cultas, ofensivo a los enemigos de Cristo y de la iglesia, pero esperanzador para los humildes creyentes. De aquel culto de pentecostés, surgieron para invadir el mundo los primeros cristianos, llenos de fuego y de vida, los cuales no se detuvieron ante nada, ni ante nadie, y finalmente transformaron el mundo entero con el evangelio de Cristo. 

El Espíritu Santo, siempre produce estruendos y ruido cuando sopla, ya en Ezequiel 37 se mencionaba del ruido de la resurrección, en el valle de los huesos secos, donde Dios levantó un ejército, con el soplo de la vida a través y por medio del Espíritu Santo. ¿Pero no fue acaso Adán un muñeco de barro inútil, tomado del polvo de la tierra, antes que Dios soplara en sus narices para darle su aliento de vida? Claro que sí. 

La tragedia de la iglesia hoy, es creer que ella no necesita del soplo de la vida de Dios, por eso ha quedado convertida en un cadáver que el mundo anhela sepultar para siempre. Necesitamos otra vez a los Ezequieles de Dios y a los Pablos que profeticen el soplo de la vida, sobre la misma muerte, antes que los sepultureros lleguen a enterrar la iglesia. Por favor clamemos por otro viento recio, por otro ruidoso pentecostés que todavía hay más, mucho más. !! Dios, manda te pedimos, sobre nosotros tu soplo de la vida ¡¡

La Vida del Cristiano

La vida del cristiano ante todo, tiene que ver con lo espiritual, porque como hijo de Dios, es nacido del Espíritu, lo cual lo convierte en ...