lunes, 6 de septiembre de 2010

La Obra de Dios

Por J Omar Tejeiro R.

y he visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la hallará; aunque diga el sabio que la conoce, no por eso podrá alcanzarla. Eclesiastés 8:17


Todo lo que el hombre puede hacer es confiar en el que Él ha enviado, ha elegido y ha destinado para que edifique su iglesia y su obra. Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. Juan 6:29. Es común que muchos pretendan ser los dueños de la obra de Dios y crean erróneamente que ellos la edifican y construyen. Muchos líderes están siendo endiosados por sus seguidores y ellos han aceptado la gloria que le pertenece solamente a Dios, porque equivocadamente, creen que todo lo que sucede es un producto de su esfuerzo, trabajo y dedicación. Son reales las palabras del predicador quien dijo que ellos no alcanzan a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio.
La Obra de Dios es un misterio, es de Dios y pertenece solo a Él. Dios tiene y sostiene su obra. Esta obra no le pertenece a nadie, no es tu obra ni la mía, ni es la obra de éste apóstol, éste pastor, esta familia, esta misión o grupo. Es la obra propia de Dios. Génesis 2:2 nos dice que acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo. Nadie sino él podían hacer esta obra de creación. Y hoy tiene también su trabajo, que ningún hombre puede realizar.

Así Ignoras La Obra de Dios

La obra de Dios sólo la puede hacer Dios mismo. Cuanto antes nos demos cuenta de ello, mejor. Porque la obra humana, los pensamientos del hombre, los métodos del hombre, el celo, la dedicación, los esfuerzos y actividades humanas no caben en lo que Dios está obrando. El hombre no puede participar en la obra de Dios hoy como no participó en la creación. Eclesiastés 11:5 dice Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas.
La obra de Dios es Eterna, porque Dios es Eterno. El predicador dijo que “Dios todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”. Eclesiastés 3:11

Mira la obra de Dios; porque ¿quién podrá enderezar lo que él torció? Eclesiastés 7:13. A nosotros, sus hijos, Dios nos manda a mirar la obra de Dios, porque es la manera en que Él nos puede enseñar y preparar para su obra. El sabio Salomón trato de alcanzar y entender este misterio escondido y escribió al respecto: y he visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la hallará; aunque diga el sabio que la conoce, no por eso podrá alcanzarla.


Elegidos Antes de la Fundación del Mundo

Nosotros somos parte de la obra de Dios y Dios nos escogió por amor, para incluirnos en sus planes para alabanza de la gloria de su gracia. En Efesios 1:3-6 Leemos: “ Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”. “Porque por él fueron creadas todas las cosas... todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16)
Dios cumplirá sus planes en Su Obra, nadie puede impedirlo. Pablo comprendió que él no podía detener los propósitos de Dios. Él en su ignorancia quiso oponerse a la Obra de Dios y fue derribado, quedó ciego y sufrió una verdadera humillación por Cristo mismo, momento en el cual se arrepintió y se convirtió en un aliado de la Obra del Señor. Ahora el perseguidor, era parte de la obra de Dios y un colaborador de Dios.

Colaboradores de Dios

En Corinto surgieron disensiones a causa de algunos cristianos carnales quienes admiraban a Pablo, Apolos y Cefas, causando con esto una seria división en el cuerpo de Cristo, esto hizo que Pablo escribiera lo siguiente: Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.1ª de Corintios 3:4-9.

El propósito de Dios respecto a nosotros, es conseguir que nosotros seamos colaboradores suyos. Sin embargo, es todavía cierto que no podemos hacer la obra de Dios, puesto que es total y absolutamente suya. Pero en un sentido somos colaboradores de él. ¡Así que, por un lado debemos reconocer y darnos cuenta de que no podemos tocar la obra de Dios ni aun con el meñique, y por otro, somos llamados para ser colaboradores junto a él! Y es por esto que ha echado mano de nosotros. El Señor tiene un propósito específico en la salvación y un propósito claro y definido en salvarnos – el cual es conseguir que seamos colaboradores suyos.

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