Caín, hermano mío, ¿Por qué tu voz así?
¿Por qué hay odio en tu mirada dulce?
¿Acaso por la ofrenda que en el altar yo puse
Tu corazón, hermano, se tornó infeliz?
Recuerda que mi padre, nos enseñó el amor;
El odio y la envidia, del diablo hijos son.
Caín hermano mío, mi mano yo te doy;
¡Extiéndeme tu mano, hermano de tí soy!
Abel besó a su hermano; Caín lo golpeó;
La sangre justa, clamó al cielo
Cuando a Dios, Abel, su aliento dio.
Hermanos que ignorantes, permiten que los celos
resentimientos roben el fruto del amor,
Terminan cual Caín, su fin, en el infierno.
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